jueves, 29 de abril de 2010

Cuando el terror vino del cielo y el peligro bajó de la montaña


Quienes pudimos salir de Los Caracas superamos una de las más duras pruebas a la que pueda ser sometido un ser humano, la prueba del terror y de la incertidumbre ante las fuerzas de la naturaleza



El sector Los Nísperos, uno de los más tranquilos de la Ciudad Vacacional Los Caracas, está pegado a la montaña y muy cerca del río. Para llegar allá, hay que cruzar a la derecha después de pasar el puente principal, que está a doscientos metros de la GN, luego de seguir en línea recta por una plaza, una iglesia y una casa grande de dos pisos, que es la sede de la Escuela de Policía de Vargas. Al final de la calle se sube a la izquierda luego de una pequeña redoma.


La casa N° 26 que había alquilado mi amigo y ahora hermano de causa, José Antonio Aguirre, es la última de una calle ciega que termina en lo alto de una colina en forma de u, para facilitar a los vehículos, girar y devolverse. Del lado izquierdo de la calle, una pequeña pendiente de seis metros aproximadamente baja hasta una larga pared que sirve de muro de contención del río que baja de lo alto de la cordillera de la costa, luego de nutrirse de numerosos afluentes. De manera que es fácil bajar desde la calle y asomarse al muro para ver el agua correr.


La casa es amplia, de una sola planta, estilo chalet suizo, con techo de dos aguas y dos cuartos. Tiene al entrar una amplia sala, donde usualmente los temporadistas cuelgan sus hamacas; una rústica mesa de madera con cuatro sillas ubicadas a la izquierda, frente a cuatro hileras de ventanas y una discreta biblioteca que sirve de estantería para almacenar los alimentos enlatados para comer al regreso de la playa. Le sigue un cuarto pequeño, al cual le añadieron una puerta hacia la calle. A la derecha está la cocina, que tiene una puerta que conduce hacia una batea y al frente está la montaña de tupida vegetación. Adentro sigue el baño y otro cuarto más grande, dotado de dos camas literas y un viejo escaparate de madera corroído por la humedad.


Allí habían llegado José Antonio y su esposa Nelly el viernes 04 de febrero, cargando con sus dos bebés, Zico y Said, un doberman y un lobo siberiano, ambos de gran tamaño y fuerza. Luego se añadirían la madre y la hermana de Nelly, la señora Isabel y Evelyn con su hija de catorce años, de nombre Michelle. Katiuska, mi esposa, su hijo Luis y yo llegamos a la casa 26 el domingo por la tarde. Estábamos alegres porque ibamos a disfrutar de la piscina de agua salada que hacía pocos días había sido reinaugurada. Llevamos todos los implementos que uno suele llevar de campamento, la cava con suficiente hielo y carne para parrilla, colchones inflables, dos carpas y una hamaca, por si acaso.


Ese día, un cielo azul y un sol resplandeciente nos dieron la bienvenida, la cual disfrutamos, por supuesto, en la piscina, en dónde comentábamos acerca de la buena idea que tuvo el gobierno de dictarles cursos de capacitación turística a los nativos de la zona para rescatar las instalaciones y fomentar el cooperativismo así como el desarrollo turístico, ya que se notaba desde que uno entraba al área de la piscina. ”Señor muy buenos días, gracias por venir” y otras frases por el estilo que agradan al ser escuchadas por los visitantes.


La señora Isabel y su hija Evelyn regresaron en la mañana para Caracas. Nos quedamos José Antonio, Nelly, Katiuska, Luis y yo, además de los dos perros. El día siguiente fue más divertido. Muy temprano fuimos a la piscina. Los animadores organizaron un concurso de baile por edades y cuando le tocó el turno al grupo de quince años en adelante, una de las más atrevidas participantes se bajó hasta la mitad la parte trasera de su diminuto hilo dental lo cual no enseñó nada más allá de sus ya expuestas nalgas y provocó una ovación del público masculino, más fuerte que un rugido.


Ya en la tarde decidimos regresar para la casa y almorzar, ya que un manto gris se apoderaba de todo el cielo. Toda la tarde y la noche estuvo lloviendo, lo que comenzó a inquietarnos hasta que la repentina visita de Luzma, la prima de Nelly quien tiene un pequeño abasto en la entrada del pueblo nos dejó a todos boquiabiertos: “ no se les ocurra irse mañana porque la lluvia provocó un derrumbe en la vía y no hay paso para Caracas”. Como en una película de suspenso todos nos vimos las caras pensando, quizás, hasta cuando duraría aquello.


Nelly, quien además de ser bióloga aprendió de sus padres conocer las señales de la naturaleza, nos dijo: “no podemos dormir, tenemos que vigilar el cauce del río” y así lo hicimos.


A eso de las diez de la noche me fui a acostar, luego de varias partidas de dominó para apaciguar el miedo. No habían pasado ni cinco minutos cuando:


-¡pum, pum, pum!- el estruendoso sonido del río cargado de piedras, palos y lodo fue como una alarma que accionó la adrenalina de todos. José Antonio se asomó en el muro y gritó: “corran que el río subió”. Nelly agarró alimentos y algunas de sus cosas, mientras Luis soltaba las hamacas y Katiuska, quien repasaba en silencio sus clases de contabilidad, tiró sus libros a un lado y comenzamos a empacar nuestras cosas violentamente.


Corrimos hacia los carros y bajamos hacia la redoma en busca de la salida hacia Caracas. Imprimí mayor velocidad a los limpiaparabrisas y aún así apenas podía ver. La noche oscura y la incertidumbre me impedía precisar el camino. Cerca de la plaza habían varias personas agachadas ante una alcantarilla. Bajé del carro a ver y el agua me llegaba a las rodillas.


“!Andrés, ven!” gritó Katiuska y me hizo despertar de mi asombro. Regresé corriendo al carro sin saber hacia dónde huir. Decidimos montar los carros sobre la acera y refugiarnos en la Escuela de Policía hacia donde todos corrían.



El Refugio


“Este edificio es seguro señora, fue construido por Pérez Jimenez”, le dijo a Katiuska un jóven estudiante de la Escuela de Policía del Estado Vargas, al ver su rostro preocupado por la seguridad que podría brindarnos nuestro nuevo refugio, un viejo edificio que fue durante años el cine de la ciudad vacacional. Allí iban llegando cada vez grupos familiares formados en su mayoría por mujeres y niños, quienes se acomodaban en colchonetas que eran suministradas por los cadetes.


La lluvia continuaba cada vez con mayor fuerza y a lo lejos se escuchaba el sonido ahora terrorífico “pum, pum, pum”, producido por el choque de las piedras y palos que eran arrastrados con fuerza contra las paredes del muro de contención.


Era la una de la madrugada y seguía lloviendo. Katiuska me dice:” al menos falta poco para que amanezca”. Nuestras esperanzas estaban cifradas en que al amanecer, la luz del sol disiparía la inundación, pero no fue sí. Amaneció y la lluvia no cesaba. Salí a inspeccionar los alrededores y una capa gruesa de fango cubría todo el pavimento, aceras, etc. La fuerza de las aguas había destrozado parte del muro de contención y el río transitaba libremente por la calle.


Un araguato apareció en el refugio


Un antiguo proverbio indica que los animales perciben el peligro antes que los seres humanos, por ello la extraña presencia de un mono araguato asustó a Zico y Said y a nosotros también. En ese momento pensamos que la presencia el mico era un indicio de que la situación empeoraría.


Caminar en el barro es una tarea que se realiza a duras penas, ya que a cada paso los pies se hunden en el pesado fango y levantar cada pierna requiere de gran esfuerzo. Por ello era angustiante ver mujeres con niños en los brazos y con morrales al hombro, caminar hundidas en el lodo, tratando de ir aguas abajo hacia la entrada de Los Caracas y así tratar de escapar de aquella pesadilla.


José Antonio, quien además de ser profesor de educación física, fue en su juventud campeón sudamericano de lucha, recordó lo aprendido en un curso de supervivencia y se arriesgó a regresar al Sector Los Nísperos para traer de la casa los enlatados y algunas cosas que habíamos dejado en nuestra carrera por la vida. Al regreso nos describió cómo había quedado la vía y en qué forma debíamos racionar la comida y el agua, porque ninguno sabía el tiempo que duraría esta pesadilla.


Bajo su conducción, fuimos caminando de regreso a la casa. A nuestro paso el paisaje había cambiado radicalmente, pensé que así se verían las calles después de una guerra. Prendimos el radio y no había señal, los celulares tampoco tenían.


Evaluamos las posibilidades que teníamos, dónde estaríamos más seguros y era difícil determinarlo, siquiera llegar a un acuerdo. José Antonio y Nelly sostenían la idea de bajar a la Bodega La Esperanza, de su prima Luzmar, desde donde sería más fácil ser rescatados. Katiuska y yo teníamos nuestras dudas porque no sabíamos cómo había quedado aquel sector, así que decidimos quedarnos en el Hotel Murachí, el lugar más alto de la zona y en donde sin duda nunca llegaría el agua. Al llegar advertimos que todas las habitaciones estaban ocupadas por personas que estaban en las casas y que estaban allí para guarecerse. José Antonio se fue con Nelly y sus dos bebés al negocio de Luzmar. La lluvia continuaba y en lo que amainó un poco, trajimos los colchones de la casa y nos acostamos en el pasillo del primer piso del hotel. Allí permanecimos un rato hasta que escuchamos el murmullo de la gente, que una fragata había llegado para sacar a toda la gente de Los Caracas. En eso llegó José Antonio con la misma noticia y bajamos hacia la bodega de Luzmar. Se encendía una luz de esperanza.



El Rescate


Cientos de hombres, mujeres y niños formaban una larga cola frente a la entrada de Los Caracas para abordar la fragata que estaba anclada a unos quinientos metros de la playa, mientras un helicóptero hacía maniobras de desembarque. Un guardia indicó hacer dos colas: mujeres y niños a la izquierda, hombres a la derecha.



Separarse del grupo familiar inquieta, más aun cuando se está lejos de casa. Sin embargo, cuando el Guardia dio la orden de hacer dos filas, pensamos que era un mal menor para salir de aquella pesadilla y que más tarde nos encontraríamos o en la fragata o en el Club Puerto Azul o en el Aeropuerto de Maiquetía, que eran los destinos para las personas rescatadas. Hicimos las dos colas cuando la lluvia arreció y en instantes corrió el rumor que las labores continuarían la mañana siguiente porque los helicópteros no podían maniobrar. Volvía la desesperanza.


Esa noche dormimos en el abasto y bien temprano fuimos a la playa, en donde ya se encontraban alrededor de cien personas en cola. Pude observar con asombro como el río había ganado un espacio de quinientos metros o más dentro del mar, donde flotaban grandes palos y bambúes como vigas de construcción. La playa estaba repleta de toda clase de suciedades y escombros, lo que dificultaba caminar.


A lo lejos, una fragata anclada iba y venía un pequeño bote con un motor fuera de borda, el cual recogía de tres a cuatro personas por cada viaje. No se sabía qué era más peligroso si quedarse allí o montarse en la débil embarcación con la marea alta. En la arena, hombres, mujeres y niños soportábamos una pertinaz lluvia que se mantuvo por espacio de cuatro horas, sin movernos por temor a perder nuestro lugar en la fila, que era constantemente amenazada por la inconsciencia de quienes pretenden siempre ser más listos que lo demás. El frío estaba dejando sus secuelas entre nosotros y varios niños ya presentaban síntomas de hipotermia. La incertidumbre, el hambre y la impaciencia se iban apoderando de la mayoría, dando como resultado discusiones, riñas y peleas que nos llenaban aun más de inquietud, por los pocos efectivos militares que había en ese momento. José Antonio había regresado al Abasto para acompañar a Nelly, quien se negaba a abandonar sus bebés.


Ante esa situación nos salimos de la cola y afortunadamente unos metros más adelante mujeres y niños hacían una fila para ser evacuados por los helicópteros de la Armada. Acompañé a Katiuska y Luis hasta que abordaron la aeronave. Les dí un adiós con la mano y por dentro me sentí muy solo. La voz del Mayor de la GN a cargo del operativo me devolvió la sonrisa al rostro: “ ¡hagan una cola de hombres, ya!”. Entre un centenar de jóvenes y adultos aguardaba pacientemente, mientras pensaba que la conducta de las personas se asemeja mucho a la de los animales salvajes cuando se carece de los elementos básicos, comida, agua, abrigo, techo.


El show mediático


Poco a poco iban llegando mas efectivos militares y solo así fue que el orden y el civismo se restituía. La noche empezaba a caer y con ello se desvanecían mis esperanzas porque es sabido que de noche no hay vuelos. Sin embargo, de pronto llegaron dos helicópteros puma, de los cuales bajaron Jessie Chacón, Ministro de Interior y Justicia, el Director Nacional de Defensa Civil, y por supuesto varios y camarógrafos, fotógrafos. “Al menos no nos irán a dejar aquí”, pensé. En eso el militar a cargo aclaró la duda: “realizaremos vuelos nocturnos, no se desesperen”.


Entre la comitiva oficial advierto la presencia de la colega Teresa Maniglia, con quien trabajé en Radio Rumbos hace muchos años, le hago señas y veo que se acerca con un grabador en la mano y en la otra un celular, transmitiendo en vivo. Después de preguntar “¿qué le pareció el operativo de rescate desplegado por el gobierno? “a quienes hacíamos la cola, me tocó el turno y dije en pocas palabras que había sido una odisea y que gracias a la oportuna ayuda oficial muchas personas fueron rescatadas. En la actualidad ella se desempeña como Jefe de Prensa del Ministerio de Relaciones Interiores, así que entendí que estaba haciendo su trabajo. Como periodista, en muchas oportunidades también entrevisté personas que habían superado situaciones difíciles pero nunca había sido yo el entrevistado y recuerdo que tuve la sensación de que alguien escucharía esa entrevista y sabría de mí. Efectivamente, así fue como mi hijo Abraham, quien vive en Guatire, se enteró que su padre estaba entre los temporadistas que fueron rescatados por aire desde Los Caracas.


Nuestros héroes: los pilotos de los helicópteros


Cuatro vehículos estacionados frente a frente con las luces encendidas era la única fuente de iluminación disponible para ayudar a los pilotos en su difícil tarea de aterrizar en la oscuridad de la noche. Desde el aire, pude apreciar la valentía, el profesionalismo y el arrojo de los pilotos que nos sacaron de allí. Dios los bendiga


Hoy, veo la vida desde un punto de vista diferente. Aunque nunca he sido muy apegado a las cosas materiales ahora menos. Aprendí que la palabra compartir tiene un significado más amplio y se trata no solamente de los bienes sino del tiempo. Vale más compartir con la familia que trabajar en la calle muchas horas y verlos solo de noche y/o durante las mañanas. Por otra parte, entendí que la disciplina es la única manera de que las metas se logren y lamentablemente los venezolanos la necesitamos.


Por diversas causas, la geomorfología nacional e incluso el clima y la temperatura han cambiado radicalmente en Venezuela. No entender a la naturaleza y no respetarla es el principio de nuestra propia destrucción.


Quienes pudimos salir de Los Caracas superamos una de las más duras pruebas a la que pueda ser sometido un ser humano, la prueba del terror y de la incertidumbre ante las fuerzas de la naturaleza. Por ello que viva la vida.






El poder de la palabra en manos de la prensa deforma la lengua y desdibuja la realidad


Lic. Andrés Salazar Alvarez


La palabra expresa, mediante un signo, un concepto que se tiene en la mente y en el corazón.

El periodista, como vehículo de la información, hace uso y modifica el castellano, alterando, no solamente los significados preestablecidos por la Real Academia de la Lengua Española, sino los conceptos con los cuales formamos nuestra visión de la realidad..

La monopolización de la información, producto de la fusión de grandes empresas de servicios informativos, con medios de comunicación impresos y radioeléctricos, llevados a la red, convierte a la noticia, en el instrumento de penetración sicológica más eficaz, ideado por la sociedad de consumo para inducirnos, a través del concepto de la globalización, hacia un mercado cada vez más cautivo, el de los sueños.


Desde la aparición de la palabra impresa, momento en que la comunicación se hizo masiva y condujo al desarrollo intelectual de las civilizaciones, hasta nuestros días, la información periodística, la noticia, sigue siendo, para millones de lectores, en diversas partes del mundo, una representación de la realidad.
Ese público lector, cuya visión del mundo y de la realidad ha sido construida mediante la lectura cotidiana de cientos de noticias publicadas en la prensa, es ajeno al hecho de que, para su elaboración y construcción gramatical, han sido seleccionadas las palabras, casi con precisión de cirujano, para producir un efecto más allá de un mero significado, un sentimiento que exprese una emoción y se traduzca, posteriormente en una matriz de opinión o al menos en una acción de consumo. Todo ello para mantener el delicado equilibrio entre las relaciones de poder.
En la redacción de una información, de una noticia, la estructura gramatical, basada en un lead, cuerpo y cola, así como el manejo del lenguaje con fines y propósitos previamente establecidos en las llamadas políticas editoriales, ha prevalecido en las empresas periodísticas, desde sus inicios con el papel hace dos siglos, hasta sus actuales versiones on line.
Tal y como lo dice el profesor español Aguilar Gómez, es una especie de compromiso entre elementos predefinidos que establece la lengua y elementos imprevisibles que usan los reporteros en la redacción, con el objeto de vender una idea de manera impactante y de acuerdo a una línea editorial que finalmente lleva a la comercialización de la lengua.
Ese compromiso, que constituye la parte fundamental de la comunicación, se dirige en primer lugar a la finalidad del mismo sistema, que es transmitir una información, una distracción o la entrega de un valor cultural a la sociedad, para formar una opinión pública. De allí que, su esencia sea, de servicio a la sociedad y no, convertirse en principal promotor del consumismo, como una ideología e incluso como una forma de vida, lo que –entre otros efectos- produce una pérdida de la libertad de expresión en los mismos medios, ya que no les permite informar la verdad en su totalidad y lesiona además, la libertad de estar bien y verdaderamente informado, entendiendo, no sólo la cantidad de información, sino su calidad, su verdad, sus valores.
Una solución, preferida por muchos medios, es la de establecer un autocontrol, un “Código de Etica”, sobre cuyas bases, los redactores se autolimiten.
Comencemos por el medio de comunicación más sencillo y apropiado que existe: La palabra. Hablar es manifestar a otro el propio conocimiento. La palabra expresa, mediante un signo, un concepto que se tiene en la mente y en el corazón.
La palabra es primeramente interior y espiritual, después es exterior y sensible, aunque nosotros conozcamos y recibamos primero la palabra sensible y luego la intelectual.. los aspectos sensibles son necesarios por razón de la constitución de corporal del hombre, pero por naturaleza, son posteriores al verbo mental y vienen determinados y configurados por éste como causa ejemplar y final. –decía Santo Tomás de Aquino-
Cuando esa comunicación tiene una proyección social, es decir que llega al gran público, se habla de medios de comunicación social.
La prensa escrita, es obra del diseño gráfico, en donde caracteres, líneas, trazos e imágenes se disputan diariamente el poco espacio que su formato le permite, por la presión de intereses económicos, políticos y hasta personales. Podría decirse que, por una parte, la falta de espacio es una de las razones por las cuales, los editores han estimulado en los redactores, el uso abusivo de las siglas, la estereotipación y la personalización, que, lejos de aportar elementos enriquecedores a la función expresiva de las palabras, mas bien, conducen al enrarecimiento del idioma. Además se copian frases, modismos foráneos para utilizarlos en la cotidianeidad comunicacional de nuestra identidad cultural, adaptando el significado de las palabras a un propósito comercial y no a lo que realmente representan como expresión.
El sistema narrativo de la prensa opera como el discurso que articula los intereses de los diversos actores sociales a los cuales interpela como interlocutores, desarticulando otros. Se trata de construir el mundo discursivamente, lo cual implica apropiar y rearticular elementos de discursos diversos y darlos al receptor con un nuevo sentido.
El profesor español Alejandro Aguilar Gómez subraya que el comunicador es un influenciador, que su mensaje retórico apunta a influir sobre el público, tratando de que los demás adopten la opinión del comunicador. En este caso, -agrega- todo comunicador es un influenciador, en el sentido en que selecciona, con precisión, los términos de los mensajes que elabora.
El semiólogo francés Claude Bremond, en su libro Investigaciones Retóricas II reconoce dos tipos de modificación: intelectual y afectiva.
Por la primera se intenta influir a través de la información que ya tiene el público (sea positivamente (confirmando lo que es propiedad de quienes resultarán influidos), sea negativamente (disimulando una información, negándola sutílmente).
En la vertiente afectiva, el influenciador actúa sobre los móviles que pueden inducir a alguien a desear o a temer algo de la realidad (esperanza de ciertas satisfacciones o miedo a ciertas insatisfacciones). Lo que importa aquí no es tanto el informar como el conmover, o utilizando un término docente: sensibilizar.
Estos dos niveles de influencia se pueden ubicar en dos terrenos: el intelectual en el político y el afectivo en la comercialización de la lengua como vehículo distractor de adopción de actitudes.
La preparación profesional y la cultura del emisor, son para el profesor Antonio Pasquali, elementos tangenciales, pero válidos para el análisis de los mensajes y cómo éstos construyen la imagen de la realidad social.
La proliferación de Escuelas de Comunicación Social en nuestro país, en vez de significar la verdadera valoración de la importancia del periodismo en la sociedad, ha surgido como una respuesta a la creciente demanda de aspirantes, quienes, en su mayoría, ven en el periodismo un trampolín para incursionar en la pantalla chica o una profesión acomodaticia para diversos fines. Esta situación, se caracteriza por la escasa o deficiente preparación cultural de los periodistas, lo que agudiza el deterioro del ejercicio de la profesión, debido a que pierde su naturaleza crítica y su razón social, para convertirse en un apéndice de las políticas editoriales de las empresas periodísticas, comprometidas con la sociedad de consumo. Un periodismo deficiente hasta en su gestación, hace imposible que su resultado pueda contribuir a la formación cultural de la sociedad y el hombre.
Este es uno de los elementos que más preocupa a los investigadores del área. En nuestro país, los cambios ocurridos en la política contemporánea, tuvieron su impacto en los medios audiovisuales, en donde acudieron varios líderes como Paulina Gamus y Aristóbulo Istúriz, ejerciendo funciones de moderador de programas de opinión y al mismo tiempo, bajo esa nueva trinchera, expresar sus opiniones y de algún modo, mantener su vigencia en la opinión pública, ya que como políticos habían dejado de ser interlocutores válidos. Por otro lado, los cambios han colocado a un reducido grupo de periodistas, en la difícil posición de sustituir el papel de la extinta oposición política, en una diatriba a la cual se añade el enfoque mediático del Presidente de la República, quien planifica, en forma estratégica, sus visitas a los programas de mayor audiencia en los medios de comunicación.
Vivimos en el mundo irreal de la noticia, porque para que sea real no basta que los hechos transmitidos hayan ocurrido, sino que se transmitan en su verdadero contexto, que no se oculten las noticias buenas simplemente porque no crean mercado, que no se busque el escándalo como medio de crear un negativo consumo de la noticia sensacionalista; que no se inspiren en el irrespeto a la persona humana y su dignidad.
Es la apariencia, el mundo de lo falso, lo que ha llevado a la propaganda globalizante de la persona humana y sus valores, del engaño común.
La cultura política del ciudadano se nutre, entre otros factores de la información que recibe a través de los medios, de tal suerte que una conducta política se fundamenta, primero, en una visión del mundo ( la que presentan los medios, incluyendo lo que es preferible o no) y en segundo lugar, de la formación de un nivel de aceptación o rechazo, proporcional a la frecuencia con la cual, quienes poseen la información y tienen los recursos para su emisión global, las presentan, las difunden, y así construyen , en corto plazo, matrices de opinión, que van forjando una cultura, una posición en relación a ciertos temas.
El hombre tiene más miedo de la cercana apariencia del humano poder de la opinión, que de la lejana e inerme luz de la verdad” dice Joseph Ratzinger, quien añade: “ la apariencia del mundo, que nos ofrecen los medios, cada vez más gobierna al mundo. El miedo por lo aparente se convierte en poder universal y paraliza la audacia de la verdad.
Los medios funcionan como vínculos entre la sociedad política y la sociedad civil, zanjando la brecha imaginaria que separa al ciudadano común de las acciones políticas y del gobierno; la información que proporcionan es el vehículo más cercano que el individuo posee para la percepción de su realidad social no mediata. La información, supuestamente objetiva, de los medios impresos se nos presenta con una estructura discursiva que, sólo bajo el análisis minucioso, se puede apreciar, como la materia prima para la implantación paulatina y constante, de la cultura predominante, menospreciando nuestras raíces, nuestras tradiciones.
La información impresa vale decir, en la prensa escrita, posee todavía la capacidad de calificar eficazmente, la distinta importancia de los problemas presentados. Proporciona a los lectores, una indicación fuerte, constante y visible de relevancia.
Una noticia puede dar sólo datos: cuándo, cómo, cuánto, dónde, etc, pero al tener que darle un sentido sensacionalista, se produce un aumento de contenido desinformante. Como esta práctica se ha generalizado debido a los pocos valores morales y al excesivo interés consumista, es necesario guardar un prudente espíritu crítico ante la verdad de la noticia.
Una noticia puede carecer de verdad, por exagerar uno solo de los datos o por silenciar un aspecto importante.
El hombre de la calle ha aprendido a interpretar el discurso periodístico de manera que éste le explica y legitima, además, los valores que son concordantes con su cultura política.
Como diría Adorno, en la tarea de entender lo inentendible, los individuos reaccionamos haciendo uso de dos recursos utilizados hábilmente por los medios masivos de comunicación, la estereotipación y la personalización, a través de los cuales, la realidad es ubicada en dos categorías antagónicas, lo bueno y lo malo, lo deseable y lo indeseable. De tal manera opera la lógica de la información y del discurso, en los medios de comunicación colectiva, que, por un lado, el individuo se siente informado objetivamente porque lo que se le entrega es, en apariencia el dato frío y tecnificado, que en esencia no entiende pero que suena como la solución más lógica a un problema técnico al cual se le aplica una solución política; y por otro lado, al encontrarse inerme ante la posibilidad de construirse un verdadero espacio de participación política, reacciona inventándose una opinión para encubrir su propia ignorancia con respecto al tema.
Así como existió el mito del Dorado, hoy, el mito es, la globalización de la información, cuya expresión tangible es la similitud de las noticias internacionales que recibimos por radio, tv, internet etc, similares, desde el tratamiento de la noticia hasta en su redacción. La monopolización de la información, producto de la fusión de grandes empresas de servicios informativos, con medios de comunicación impresos y radioeléctricos, llevados a la red, hace de la información, de la noticia, el instrumento de penetración sicológica de la sociedad de consumo para inducir, a través del concepto de la globalización, hacia un mercado cada vez más cautivo de los sueños.
Los propios medios establecen el límite de la participación ciudadana a las informaciones. La constitución propia del mecanismo de la opinión pública se ve supeditado al ritmo de las agencias periodísticas, al pulso de los temas informativos que inundan las páginas de los periódicos, de manera tal que el individuo no tiene oportunidad de formarse una opinión fundamentada sobre algo, porque inmediatamente después, su atención se ve distraída hacia otro asunto. Decir que los temas constituyen la estructura del proceso de la comunicación política significa también, decir que los temas establecen el universo del sentido de las experiencias y conductas, opiniones y decisiones de la política.
En una sociedad pluralista se puede llegar a crear una falsa imagen de libertad y de respeto de la opinión y criterios de las personas, cuando en realidad, lo que ocurre es una ofensiva de antivalores, cuyos centimetrajes de prensa y horas contínuas de programación en radio y tv, no deja espacio ni lugar para mensajes con valores trascendentes. Y esto se da aún cuando para proyectar esa apariencia de pluralismo y respeto de las opiniones existentes, se incluyan de vez en cuando algún artículo o alguna programación con verdaderos valores.
Esta es la maravilla de la acción de los medios de comunicación, una acción que hace posible una concepción uniformizada del mundo, pero que al mismo tiempo nos ofrece la ilusión de la conciliación de los intereses de las distintas clases en una versión sintetizada, que aglutina los diferentes discursos en uno solo.
Los avances tecnológicos en el mundo de la comunicación han hecho posible hoy día, que vivamos en un mundo en donde la información, producida en el rincón más remoto del planeta, pueda ser conocido simultáneamente, en cualquier otro sitio, por muy alejado que esté.
Paradójicamente, el mundo está siendo, informado y desinformado a la vez. Esto es posible, debido a que la información pretende presentarse como una realidad comunicacional neutral, meramente técnica, y esto en sí mismo no es posible; no tanto por la noticia en sí, sino por el informante y el informado que requieren, por su propia naturaleza, que la noticia sea racional para que sea inteligible, pero el ser racional implica que contenga ideas que pueden estar explícitas o implícitas.

La Noticia debe enriquecer al hombre
Las noticias no pueden empobrecer al hombre en su visión del mundo, de los acontecimientos, sino que al contrario deben enriquecerlo. De los hechos, positivos o negativos, el receptor debe sacar una lección edificante en sus criterios y en su valoración cultural.
Los medios de comunicación social están al servicio de la persona humana.
Estar al servicio de la persona humana en cuanto a la información incluye estar al servicio de la verdad, ya que el ser humano en su conocimiento lo que busca es la verdad como su objeto propio, y junto con la verdad busca el bien; ninguna información en realidad es éticamente neutra; la verdad no consiste en un promedio de varias opiniones. Tampoco es la verdad todo lo negativo.
El aspecto ético es intrínseco al manejo de las palabras. El Papa Juan Pablo II se refirió en uno de sus discursos al ejercicio del periodismo y dijo:
“Ninguno es profesional de la pluma para el propio uso exclusivo. La dimensión social es la razón de ser y quizá, el aspecto más delicado del periodismo moderno. Exige apremiante e incesantemente un esfuerzo de sintonización con las longitudes de onda de la realidad, y un discernimiento equilibrado que salvaguarde límpidamente los derechos de la verdad y los deberes para con la sociedad. Es un grave problema de responsabilidad del que, sin duda, sentís todo el peso, sobre todo cuando están en juego temas que afectan profundamente las razones supremas de la existencia. Esto vale de modo especial para nuestros días, cuando se multiplican los peligros de deformación y manipulación de la verdad objetiva: que es, ante todo, la verdad del hombre y sobre el hombre.”
Ardua es la tarea de devolver a los medios de comunicación su auténtica y verdadera finalidad. No se trata sólo de alcanzar un desarrollo tecnológico significativo en la ciencia de la comunicación e información, antes bien, consiste este proceso, sobre todo, en lograr mayor riqueza temática basada fundamentalmente en los valores trascendentes y morales del contenido de lo transmitido.
Ese desarrollo de valores en el contenido sólo se logrará si hay una transformación en la formación de la persona humana, la cual es sujeto y objeto de la comunicación.
La verdadera trascendentalidad del ser humano es su capacidad de comunicación y de transformación de su realidad con tan sólo el uso de la palabra.
El valor intrínseco de la comunicación está en su capacidad formativa y en su efecto liberador de la conciencia.
Desde las universidades, los periodistas de la educación superior, debemos asumir el análisis preventivo de los cambios existentes en los procesos comunicacionales que van modelando la conciencia humana, para satisfacer los ideales de la sociedad de consumo.

LETRAS QUE DEJAN HUELLAS Periodismo para un mejor vivir


El lenguaje periodístico encara una nueva brecha capaz de cambiar la percepción de los lectores y quizás, el rumbo de la humanidad.
"Miguel , hijo de una conocida estrella de cine y de un afamado astro de la tauromaquia ya era noticia desde el mismo momento en que comenzó su gestación en el vientre de su madre. En titulares, sumarios, y hasta artículos de opinión se hablaba de las virtudes del pequeño, de sus cualidades histriónicas, heredadas de sus afamados padres. Así creció, convencido que verdaderamente tenía cualidades que lo hacían diferente al resto de sus compañeros de la pequeña escuela donde estudiaba, allá en una lejana provincia española y de donde algún día saldría para ser famoso.
Muy lejos de esa historia, la niñez de Joseíto, un muchacho del segundo grado de la escuela "El Carmen" en el barrio del mismo nombre, en uno de los tantos cerros que rodean a Caracas, estuvo marcada por un titular de prensa, cuando su padre, "El Loco José" conocido azote del barrio, fue muerto a tiros por una comisión policial que lo emboscó en la quebrada La Acequia. De allí , la vida de Joseíto estuvo marcada por las reseñas periodísticas que se encargaron de "informar" a través de despectivas descripciones del barrio, el ambiente en donde el -presunto delincuente- había vivido sus primeros años de vida, sus inicios en el mundo hamponil y cómo era el cuadro familiar que había dejado el delincuente muerto, sus hijos, sus edades y su posible destino. Joseíto nunca olvidó cuando aquella reportera de cabellos rubios, micrófono en mano, le repetía preguntas sobre su padre, mientras unas potentes luces le impedían pensar con claridad. De allí surgió su odio por los periodistas, por la policía, por la sociedad entera que lo discriminaba y lo empujó a pensar que algún día, él también sería famoso en el barrio que lo vio nacer.

Las informaciones publicadas en los medios de comunicación social forman las llamadas " matrices de opinión", las cuales son la percepción de los grandes públicos sobre un tema, en un tiempo específico, bien sea la justificación del aborto o la necesidad de demoler un Retén, para solucionar el problema de hacinamiento carcelario.

Estas matrices de opinión pueden surgir de la simultaneidad en la cobertura periodística de cualquier acontecimiento por varios medios, impresos y/o radioeléctricos o por la declaración de personalidades de la "vida nacional". En ambos casos, el enfoque, tratamiento y redacción de esas noticias, ejercerán una influencia en la percepción de sus audiencias, tanto en lo cognitivo como en lo emocional.

Así como la publicidad envía constantemente a los consumidores, mensajes que van pincelando conductas y modos de pensar, los términos empleados en la redacción de las informaciones de prensa, los verbos, adjetivos, etc tienen una profunda incidencia en la creación de estereotipos y en la generación de emociones en relación a los más variados aspectos de la vida de los seres humanos.Este poder se incrementa, aún más, en aquellos medios de comunicación, cuyos niveles de confiabilidad en los lectores, despiertan lealtades capaces de defender la veracidad de todas las informaciones publicadas.

En la capacidad de internalización de los hechos, acontecimientos, y emociones en el individuo, radica la conformación de una determinada cultura, cuya gestación se ubica en el espacio comprendido desde la percepción del entorno (dentro del cual se incluyen las diferentes instancias sociales y políticas, que incluyen además al Estado, con el conjunto de decisiones que pretende justificar) y la evaluación de las diferentes alternativas que le presentan las instancias sociales, concebidas como la forma más apropiada de pensar.

Si bien el dato -aparentemente- frío y objetivo, sirve como herramienta de modernización, plasmado en el discurso escrito pero sin entrar en el detalle para no provocar complejidades, también sirve para hacer más fácil la manipulación de la información, para cambios en el énfasis de los contenidos que sustentan los valores universales proclamados y generalizados por los medios de comunicación.

Este discurso provoca diferentes tipos de respuestas en los individuos, que dependen en gran medida de los datos presentados, de las opiniones, ideas, actitudes y comportamientos que aparentemente se originan en un pensamiento autónomo, pero que deben esencialmente su pertenencia a una cultura.

Las frases empleadas para adjetivar situaciones, tales como “el ocaso” para señalar las expectativas de algún personaje mayor de cincuenta años, en vez de resaltar la experiencia que puede aportar una persona de tal edad, son apenas la punta de un iceberg . La inmediatez de la redacción periodística, así como los modelos impuestos (la pirámide invertida) contribuyeron al establecimiento de muchas frases preestablecidas, catalogadas como clichés, “investigación exhaustiva”, “voraz incendio”, “el presunto indiciado”, etc.

De acuerdo a Teodoro Adorno, "en las sociedades modernas el individuo se encuentra sujeto a la influencia de la cultura y de los medios de comunicación, así como a mecanismos diversos de represión de la cultura que lo convierten en un ser ignorante y estúpido, que además oculta su estupidez en una semi-erudicción que lo sitúa entre el espacio de la ignorancia completa y el tipo de "conocimiento" que es promovido por los medios de comunicación y la industria de la cultura."

El comunicador social es un influenciador, ya que su mensaje retórico apunta a influir sobre el público, tratando de que los demás adopten su opinión. Claude Bremond, en el libro Investigaciones Retóricas II, reconoce dos tipos de modificación: la intelectual y la afectiva. Por la primera, se intenta influir a través de la información que ya tiene el público, sea positivamente ( confirmando las ideas en propiedad de los que serán influenciados) o negativa ( disimulando una información, negándola sutilmente). En cambio, en la vertiente afectiva, el comunicador actúa sobre los móviles que pueden inducir a alguien a desear o a temer algo de la realidad (esperanza de ciertas satisfacciones o miedo a ciertas insatisfacciones). Al respecto señala el mexicano Alejandro Aguilar Gómez: "Lo que importa no es tanto el informar como el conmover ".

De igual forma, el periodismo, como forma de comunicación ha sido utilizado por los agentes de poder (político, económico, militar, social, etc.) para influenciar la mente de la sociedad, de la llamada opinión pública. Excelsas plumas han sido puestas al servicio de la tiranía y la opresión para justificar desmanes. Es así como aún muchos venezolanos continúan autodefiniéndose como "flojos", y que "es preferible que nos pongan donde hay aunque no nos den nada", suerte de viveza criolla. La realidad, por supuesto es otra y una prueba de ello es la aceptación que tienen los espacios dedicados a exaltar las virtudes de nuestros coterráneos dentro y fuera del país, tales como “Venezuela en positivo” y otros en este estilo.

La productividad y la globalización son algunos de los temas que preocupan a quienes detentan los grandes bloques del poder geoeconómico, lo cual ha coadyuvado al financiamiento de investigaciones que han dado un viraje de 360º en cuanto a lo que antes se conocía como relaciones interpersonales en el ámbito laboral.

A partir del concepto de calidad total, desarrollado por el Dr. Deming han surgido nuevas teorías y conceptos, todos orientados a la búsqueda de fórmulas efectivas para lograr un mejor entendimiento del ser humano para lograr su plena y total satisfacción, con el único objetivo de lograr que esta persona, satisfecha y autodesarrollada sea capaz de producir más y mejor en menos tiempo, durante las veinticuatro horas del día.

A pesar de las razones que han motivado a los grandes centros de poder para patrocinar estas investigaciones, sus resultados, resumidos en la frase: “La organización es el hombre”, han constituido un gran avance para la humanidad, que incluso han reducido enormemente la distancia entre la ciencia y la religión.

La comunicación corporativa viene a ser una aplicación de esta teoría, ya que a través de la eficacia en la expresión de la misión, visión, valores y filosofía de las empresas se logra una motivación del personal que incidirá en su satisfacción con el trabajo realizado, lo cual libera, al menos en parte, el trabajo de supervisión.

El amplio desarrollo de las comunicaciones ha trasladado la estructura organizacional a lo más íntimo del ser humano, para buscar las soluciones a nuestros más recónditos problemas, bajo el mismo esquema que las empresas emplean para solventar sus controversias: detección de situaciones, revisión de antecedentes, alternativas probables, toma de decisiones etc., dando como resultado una amplia y variada gama de especialidades: programación neurolingüística, comunicaciones interpersonales, humanas, corporativas, ya que cada vez se evidencia más la intrínseca relación existente entre los códigos que empleamos para comunicarnos con nuestros semejantes, y el impacto que producen en nuestros receptores, suerte de alquimia rutinaria que evidencia la magia de las palabras. Sobre este campo han destacado numerosos autores, criollos y foráneos, desde Andrés Bello, Rosenblat, hasta nuestros días.

Uno de los mejores exponentes de la efectividad de las palabras que empleamos en nuestras comunicaciones es Anthony Robbins, quien se autodefine como un entrenador de la conducta humana y cuyo éxito editorial con la publicación de “Poder sin Límites” y “Despertando el gigante interior” le ha generado éxitos sin precedentes. Robbins afirma que, a lo largo de la historia de la humanidad, nuestros líderes y pensadores más destacados han utilizado el poder de las palabras para transformar nuestras emociones, para enrolarnos en sus causas y para configurar el curso del destino. Por otra parte expresa que muchos de nosotros somos muy conscientes del poderoso papel que han jugado las palabras en nuestra historia, del poder que tienen los grandes oradores para conmovernos emocionalmente, para desafiar, dar valor y fortaleza a nuestros espíritus, impulsarnos hacia la acción y buscar mayores riquezas de este regalo que llamamos vida. A esto añade que, una selección efectiva de palabras para describir la experiencia de nuestras vidas puede elevar nuestras emociones más poderosas. Por el contrario, una pobre selección de palabras puede devastarnos con la misma seguridad y rapidez.

Para Robbins, estos sencillos signos son un verdadero regalo y nos insta a transformar estas figuras singulares que llamamos letras en un tapiz singular y rico de la experiencia humana, ya que nos proporcionan un vehículo para expresar y compartir nuestra experiencia con los demás. No obstante, la mayoría de nosotros no nos damos cuenta de que las palabras que elegimos habitualmente también afectan a la forma en que nos comunicamos con nosotros mismos y, en consecuencia, a lo que experimentamos.

El autor del best seller “Poder sin Límites” entra en una de las vertientes del sicoanálisis interior cuando afirma que las personas con un vocabulario empobrecido llevan una vida emocional empobrecida; las personas con vocabularios ricos disponen de una paleta de colores muy matizados con la que describir su experiencia, no sólo para los demás, sino también para sí mismas. Si es pobre el lenguaje utilizado para describir emociones, existen pocas probabilidades de encontrar soluciones apropiadas.

El destacado escritor Alejo Carpentier, en un discurso pronunciado en los talleres de redacción del Diario “Granma” en Cuba, destacó la profunda relación que hay entre el ejercicio del periodismo y la educación, en la formación de criterios y en el establecimiento de valores, ya que el periodismo es el quehacer diario de la historia contemporánea.

La onda evolutiva de la neurolingüística se ha extendido también hacia los medios de comunicación, particularmente los impresos, los cuales se han visto en la obligación de modernizar sus diseños, basados en los resultados de investigaciones efectuadas para conocer los hábitos de lectura de sus consumidores, en un desesperado intento por evitar que el cyberespacio le arrebate un mercado hasta hace poco, cautivo. De esta manera hemos visto notables cambios en títulos, subtítulos, sumarios, fotoleyendas, informaciones en recuadros, incluso en el estilo de los artículos de opinión. Es notorio el avance que ha experimentado -en algunos medios- el periodismo, en cuanto a la presentación de los elementos que protagonizan las noticias, buscando el equilibrio informativo y dando al lector la mayor cantidad de aspectos que le permitan formarse su propio juicio.

Uno de los principios generales de la gerencia moderna es el referido a la resistencia al cambio, el cual sugiere la adopción de modificaciones graduales que permitan la adaptación a las nuevas situaciones. A pesar de las innovaciones, el periodismo en general, mantiene esquemas que persisten en nadar contra la corriente, mediante añejos esquemas redaccionales que en nada contribuyen a la educación de la colectividad, al tratar de responder a las inquietudes de diversos sectores económicos, principalmente el de las agencias publicitarias, responsable en un 90% de la conducta y forma de pensar de casi la totalidad de la población mundial.

Desde el punto de vista histórico, el periodismo recoge los hechos cotidianos para presentarlos a la colectividad, pero bajo los criterios que rigen a dichas “empresas”, lo cual se refleja en la percepción de los ciudadanos de la realidad, del mapa mental que tienen para interpretar los hechos que conforman a realidad. Es allí donde surge el nuevo periodismo.

PALABRAS PARA EL CAMBIO
" La palabra es el gran hecho por el que el hombre asciende a colocarse en el centro de la historia". José Ramón Medina.

La aplicación de una terminología orientada a la reeducación de los lectores, aderezada con códigos capaces de despertar en la colectividad, la voluntad de emprender acciones para el desarrollo propio y general , las ansias de vivir en comunidad, avanzar, crecer, respetar y cultivar los valores morales deben ser las normas que orienten al nuevo periodismo.

El nuevo periodismo debe caracterizarse por la utilización cuidadosa, metódica y, si se quiere científica, de códigos, términos, adjetivos, frases y oraciones orientadas a presentar la realidad contemporánea bajo el esquema del nuevo pensamiento, aquél que ve los hechos no como una consecuencia de tales o cuales factores sino como una posibilidad, una alternativa de acción, un mensaje cuya esencia nos induce a la acción, a cambiar lo existente -en el caso de las noticias adversas- o a proseguir por el buen camino, en el caso de los hechos positivos. En todo caso se trata de estructurar una información formativa del individuo, del lector, sin tapices, sin orientaciones preestablecidas, salvo aquellas que sean del dominio público, tales como el respeto a los derechos humanos, a la privacidad, a la exaltación de los valores, etc.

Así como los venezolanos mayores de 30 años recuerdan con agrado los mensajes de Renny Ottolina, en la serie de comerciales orientados a enseñarle a los ciudadanos a cruzar las calles por las esquinas, el nuevo periodismo, le mostrará a la ciudadanía, las bondades, los beneficios que obtendrían, al cambiar sus esquemas mentales y disponerse al éxito. Sin duda alguna lo aceptarán con agrado en la misma medida.

Basta con aplicar los principios comunicacionales que la gerencia moderna ha empleado en las organizaciones hacia un universo más grande, el de la población en general, para lograr efectos predecibles, los cuales contribuirán no sólo al crecimiento individual sino hacia mejores comportamientos colectivos y, si se quiere, una mejor disposición a asumir los cambios que en materia económica y política enfrentan los distintos sectores de la sociedad.

Numerosos han sido los hechos de la historia que demuestran cómo muchos conceptos que fueron catalogados como utópicos, al principio, una vez digeridos se convirtieron en axiomas, leyes y pasaron a formar parte de la sabiduría popular.

Así como ha evolucionado el enfoque, la gramática empleada en los titulares de los medios impresos, antetítulos y subtítulos, así como la diagramación de las páginas de los periódicos han sido objeto de transformaciones novedosas orientadas a la captación del interés de un lector cada vez con menos tiempo ante tanta competencia ( abrumadora cantidad de mensajes). De la misma manera debe imponerse el nuevo criterio periodístico, orientado a sacar a sus lectores del marasmo mental, de la inercia parasitaria y convertirlos en agentes del desarrollo, en hombres libres.

La reafirmación diaria de los valores humanos: familia, lealtad, honestidad, amor al trabajo, crecimiento personal, puede ser un elemento valioso en el derrumbamiento de fábulas como la del Tío Tigre y Tío Conejo, a través de la cual se exaltó inescrupulosamente la tesis de la viveza criolla, la del venezolano astuto, la tesis mediante la cual se puede existir a expensas de los demás, sin realizaciones propias que nos permitan disfrutar de la satisfacción de una conducta llena de logros, de aprendizajes, de triunfos y experiencias, etc.

Afirma Antonio Pasquali que un proceso de integración que no esté precedido de un previo esfuerzo comunicacional y comunitario está indefectiblemente conducido al fracaso. Si a ello le agregamos otra de sus frases: “Sin comunicación, ninguna estructura social logra integrarse. La incomunicación (en la pareja, entre ciudadanos, entre naciones) es siempre causa de desintegración”, podemos concluir -por ahora- que para lograr verdaderos cambios sociales, se impone un cambio en nuestra forma de emplear el lenguaje en los medios de comunicación y escribir letras que dejen huellas de amor en la humanidad .

Las palabras, tesoros que brillan ante nosotros

Tesoros que carecen de oro brillan con luz propia ante nuestros ojos.

Palabras que son tesoro aparecen con sigilo, solamente de madrugada, cuando las cuerdas de mi existencia, templadas como un requinto, vibran en sintonía con el universo infinito y se lanzan sin paracaídas hasta esta hoja de papel donde quedan apresadas, de por vida, cara a cara, frente a usted.

El papel (o el monitor) es la vitrina y la poesía una mercancía, exhibida aquí en forma espontánea por quien cree que la imaginación es prueba palpable de nuestra filiación como hijos de Dios.